
Transcurre la noche
Lenta y apaciblemente
Espero con profunda nostalgia
Y deseando con ansias
Saber lo que es de tú presente
Sé que:
Sos noche de mi vida
Sos mujer de mi ensueño
Sos mi eterna enamorada
Sos la mañana de mi muerte
Pensar en perderte
Es una condena que me agobia
Es un futuro que me espera
Es un silencio que me destroza
Sentir que no regreses
No como fantasía ni lejanía
Sino como sufrimiento
Me desvela
Por eso sos mi soledad:
La que me mira osadamente
La que me enceguece
La que me despierta el encanto
La que deviene de lo callado
La que me incrementa la angustia
La que me acelera las sensaciones
La que inmola mi moral
Por eso te doy mis besos
Para que te recorran
Te atraviesen
Te toquen
Te sonrojen
Y se vayan
Se vayan sin un jamás
Y se regresen desde siempre
Para no irse nunca más
Regresen con afán
De sentir de nuevo
La humedad de tus labios
La contracción de tus gemidos
Que en sollozos se lanzan al vacío
Al aire
Para suavizar los míos
Te los doy con condición:
Que me perdones
Porque sé que nunca
Te pediré devolvérmelos
Porque sé que de todos esos besos
Incontenibles
Emergen efluvios que excitan los cuerpos furtivos
Besos que personifican el culto a lo restringido
Que penetran
Que consuman
Que desesperan
Que sin melodía aturden mis latidos
Todos esos besos tuyos
Que desgarran los míos
Me sacan las entrañas
Para ahogarme con ellas
Y luego
De sentir la sangre
Marchando
Al paso de mi muerte
Me someten a ti
Con vehemencia
Besar la soledad
Sabe a mí
Sabe a ti
Sabe a nosotros
Besar sin soledad
Es morir en el intento
Por eso sé que tú estás conmigo